Divino Griezmann; gladiador Godín

El Barça equivocó el ritmo del partido, apoyado en una posesión exagerada en la primera parte (media del 70% y picos del ¡90%!) pero sin ninguna profundidad, con apenas ¡tres disparos! Así no asustó a un Atlético que presionó para buscar el gol, a veces flojeando, pero espoleado siempre por Simeone. Con esta presión provocó un tremendo error de Jordi Alba rifando un despeje que cayó a botas de Saúl, para con pase maravilloso rematara Griezmann en un cabezazo divino, mágico, perfecto de ejecución. El Barça quedó tocado.

Y así se llegó al descanso esperando, realmente, lo que después vino. El Barça dio un paso adelante, embotelló al Atlético, le hizo sufrir durante cuarenta minutos encerrado en el área. Allí creció la figura de Godín, gladiador, líder, experto en el área, ejemplo para sus compañeros. El tridente del Barça estaba espeso. El Atlético aguantó y hasta tuvo arrestos para montar una contra y originar el penalti del 2-0.

Jordi Alba la rifó. Un pelotazo del defensa pilló a todo el Barça descolocado. Saúl lo aprovechó poniendo el balón en la cabeza de Griezmann. Golazo.

Encastillado. El Atlético aguantó un asedio durante 40 minutos. Once disparos del Barça, siete de ellos en 8 minutos, del 57’ y el 65’.

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