La filosofía zen como remedio a las piedras en el camino blaugrana

Japón desconcierta. El jet lag, los horarios, las costumbres, la limpieza extrema, el chorrito de los inodoros con la taza calentada, las reverencias a todas horas, los taxistas con gorra y guantes y sus asientos forrados con puntillas, que todo el mundo te dé la razón pero que no entiendan ni patata lo que quieres decir, la señora con mascarilla que en el metro se te duerme apoyada en tu hombro, el joven con una turca de capitán de artillería que al irse del local deja mil yenes en tu mesa por las molestias que ha causado o que se pueda fumar en los bares pero que esté mal visto hacerlo en la calle son conceptos que chocan con nuestra mentalidad.

Al Barça le pasan cosas. Y si sumamos que Japón nos parece extraño (más se lo parecemos nosotros a ellos, se lo aseguro) y que el Barça es un equipo con tendencia a los golpes de teatro insospechados, pues resulta un cóctel fabuloso. Que al Barça le pasan cosas que no le pasan a nadie lo sabíamos, pero es que cuando uno piensa que lo ha visto todo, siempre hay un más difícil todavía para alegrar al público. La última es que Messi sufre un cólico nefrítico justo antes de la semifinal del Mundial de Clubes.

Una piedra. Al Barça se le han cruzado por el camino varias piedras extrañas. La última, la del riñón de Messi, pero también ha sufrido las paperas de Neymar antes de una final, secuestros de jugadores, de padres de jugadores, la erupción de un volcán que cierra el espacio aéreo, tifones en giras asiáticas, denuncias en la Audiencia Nacional, expedientes de la FIFA y la UEFA y enfermedades trágicas.

Ichi-go Ichi-e. Es un concepto japonés que no tiene una traducción literal, pero que vendría a resumir una filosofía muy acorde con el momento actual del Barça. Este concepto zen que se atribuye a Sen no Rykiu, famoso maestro de té del siglo XVI, quiere destacar que en la vida cada momento es único. Podría asociarse a ‘sólo por esta vez’, ‘carpe diem’, ‘un regalo del destino’ y que en definitiva hay que aprovechar los momentos por adversas que sean las circunstancias, que de todo se saca partido. El Barça, hasta ahora, ha sabido sacar partido de los malos momentos y a Luis Enrique no le ha ido mal. Es el momento de explotar más que nunca el Ichi-go Ichi-e.

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