La estrella fue Garbiñe Muguruza

Era un día difícil para acaparar el protagonismo. Años atrás, cuando coincidían Nadal y Alonso, resultaba imposible. En ocasiones, hasta ganaban los dos el mismo día. Ahora Alonso no cuenta, y Nadal lucha por recuperar su nivel. Alcanza finales, mas cuando coincide con Djokovic, mal se pone la cosa. También hubo motos, con Lorenzo en plena batalla nada menos por desbancar del liderato a Rossi y conquistar el Mundial. No pudo con él. Venció Pedrosa, quien no compite por el título. En el baloncesto, el Madrid pentacampeón preparó una fiesta y mostró a su afición los dos últimos trofeos ganados, la Liga y la Copa Intercontinental, más los MVP de Llull y de Reyes. Pero la fiesta acabó con la derrota ante el Valencia.

Garbiñe Muguruza, por tanto, no tuvo que compartir protagonismo con nadie en esa cita de estrellas. Ella no falló. Tampoco era tarea precisamente sencilla, porque el torneo de Pekín es el segundo en rango después de los Grand Slam. Garbiñe parece lanzada hacia el estrellato. El tenis femenino llega con facilidad al público, y las jugadoras, coquetas y simpáticas, se hacen pronto populares. Garbiñe, además, es muy comunicativa en las redes sociales, donde le gusta colgar fotografías fuera de su actividad como tenista. Pero es, ante todo, una grandísima jugadora. De lo contrario no sería conocida. Y más que lo será. Con sólo 22 años, su camino no ha hecho más que empezar. Su sonrisa franca y natural la vamos a ver muchas veces.

Lo más visto

Más noticias