La entrada en falso de la Vuelta

Cada año, el concierto más popular del mundo, el de Año Nuevo desde Viena, nos sorprende con una entrada en falso de El Danubio Azul, y no pasa nada. El público sonríe, aplaude, el director aprovecha para desear un feliz año, se comienza de nuevo, y todos tan contentos. Pues la Vuelta, igual. Ayer hizo una entrada en falso, y los ciclistas volverán a partir hoy de cero. Que sólo haya sido eso y quede como una anécdota. Lo mismo la Vuelta, tan novedosa ella, acaba de inventar la entrada en falso en el ciclismo. Una etapa no competitiva para el espectáculo. Serviría, además, para sustituir a la presentación en la víspera. El equipo ganador se lo pasa luego en grande sobre el podio, y todo adquiere un carácter festivo que se agradece.

La Vuelta siempre tiene la buena intención de ofrecer algo nuevo. Este año fue la de hacer posible que la mini etapa transcurriera íntegra junto al mar por donde no hay carretera. Por eso los tramos de diversas superficies y lo del albero. La finalidad era la de hacer más atractivas las imágenes de televisión, que el mar es siempre una bendición. El desenlace ya lo conocen, y hoy comienza la competición. Esperemos que los ciclistas no se enfaden por el final que se van a encontrar. Además de ser una preciosidad, es duro. Quienes vienen del Tour no lo conocen, porque se han dedicado a descansar. Se espera que haya diferencias, y veremos cómo se lo toman. Esto ya va en serio y más de uno va a quedar descolgado. Y será el primer día. Es la Vuelta.