¿Una espera demasiado larga para Alonso?

Fernando Alonso asegura no tener ninguna prisa en volver a ser campeón. Afirma, eso sí, que quiere el tercer título de Fórmula 1, aunque no le importa esperar cuatro años si es necesario para conseguirlo. Si él lo dice habrá que creérselo, sin duda; sin embargo, a mí me cuesta imaginar que un ganador con su ambición pueda mantener la motivación durante tanto tiempo, sobre todo cuando afronta lo que, en buena lógica, debería ser el ocaso de su carrera deportiva. No digo que su retirada vaya a llegar de inmediato, ni mucho menos, sólo que a los 33 años los planteamientos resultan algo diferentes que a los 23. Pura ley de vida. De hecho, el hastío de la derrota ya le abocó a marcharse de Ferrari, un lustro de frustración era demasiado como para seguir instalado en esa sensación, así que no le quedó otra que buscar un destino en el que renovar sus esperanzas de éxito.

Creo que lo que realmente anima a Alonso es la confianza en que McLaren va a ser capaz de enderezar el rumbo de un proyecto que ha nacido con carencias evidentes. Y también Honda. Considerarlo así es lo razonable, no tendría lógica alguna que dos gigantes de este deporte fracasaran de manera indefinida, lo razonable es que solventen las complicaciones que ahora les condicionan sus resultados y sean capaces de dar un monoplaza competitivo a sus pilotos. Seguro que no será ya esta temporada, pero diría que tampoco harán falta los cuatro a los que se refiere el asturiano. Este fin de semana, en el GP de España, vamos a tener una referencia válida de si realmente las promesas del equipo disfrutan de la credibilidad presumible. Si la evolución del MP4-30 se produce, estoy seguro que será sólo la primera de las muchas que vendrán.

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