Xavi, Xabi... y todos los que les rodean

Xavi y Xabi, Hernández y Alonso, los jefes de la sala de máquinas que faltaron en El Molinón, vuelven hoy en París. Eso mejora sensiblemente el equipo en su perfil de funcionamiento clásico, le da serenidad y lógica. Claro, que el desafío hoy es otro, porque enfrente estará Francia, a la que le pueden bastar dos resultados, el uno y la equis. Francia ha pasado un bache largo, aún no tiene nada que ver con la generación Platini y menos aún con la generación Zidane. Pero se va recomponiendo y a estas alturas del grupo, cuando desembocamos en la recta final, está mejor de lo que se hubiera atrevido a creer.

En realidad está así porque España está peor, por culpa de dos empates. Dichosos empates. En el Calderón Del Bosque se empanó, por primera vez, a mi juicio, cuando los franceses nos apretaban, se sintió sensible al reclamo atlético y metió al Niño Torres cuando las circunstancias pedían fortalecer la media. El gol llegó al final en un atarugamiento de Juanfran, pero la verdad es que pudo llegar antes. Y ante Finlandia, sin los ‘xavis’ y ante tropecientos defensas, costó tanto el primer gol que nos olvidamos al marcarlo de que no se puede bajar la guardia y sobrevino el empate.

Pero yo veo a España mejor que a Francia, quizá porque soy optimista por naturaleza. Y más si está entera, o casi. Falta Casillas, pero Valdés es formidable. Falta Puyol, pero la pareja Ramos-Piqué es inmejorable. Falta Jordi Alba, pero Monreal es un valor. Falta Silva, pero está Villa renacido, y están Cazorla, Mata y el gran Iniesta. A cambio, Del Bosque recupera la pareja Busquets-Xabi en la media (que le ha faltado en los dos empates) y a Xavi delante de ellos, como primer y superior criterio en el desarrollo del ataque. Este equipo ha ganado muchísimos partidos, varios más difíciles que el de hoy. A ello.

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