Con reparos, se ganó un segundo año

Pellegrini no triunfó en el Madrid y es hecho innegable, pero ante un Barça del tamaño al que ahora se enfrenta Mourinho, el equipo no fue una tropa desencuadernada e impresentable. Los hechos son que en la Liga sumó 96 puntos, hasta entonces el mejor registro de siempre, y obligó al Barcelona a ganar en la última jornada para proclamarse campeón. Perdió bien el Clásico del Bernabéu (0-2) y mereció mejor suerte en el Camp Nou (1-0, gol de Ibrahimovic). El alcorconazo copero, su tumba, fue doloroso pero no insólito. El Toledo, en 2000, echó del torneo a un Madrid dirigido por Del Bosque que luego fue campeón liguero. Y en la Champions, cayó en octavos ante el Lyon tras perder 1-0 en Francia y empatar a uno en casa. Pero en el duelo de vuelta, su Madrid pudo golear antes del descanso. La cosa tuvo tanto de error como de accidente.

Al desmayo, además, estaba acostumbrado el Madrid, porque en octavos se había ido a casa en las cinco ediciones anteriores. Y con todo, la afición no exigía clamorosamente su marcha. Las encuestas estuvieron de su parte hasta el último instante. Objetivamente, y con reparos, se ganó una segunda oportunidad. Sinceramente, creo que el Madrid, con los siete jugadores nuevos más ensamblados, hubiera mejorado. Y manejó bien la salida de escena definitiva del titularísimo Raúl. Pero la cuestión es que nunca sintonizó con Florentino. "Supe que no seguiría desde la segunda jornada de Liga", llegó a decir, consciente de lo que el club filtraba de él. Pero antes y después del Madrid cortó orejas, al calor de Villarreal o sobre el polvorín de Málaga, siempre en ese tono educado, casi aburrido, que hoy se echa de menos en el Bernabéu.

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