Y si Kaká fuera otro Beckham...

Kaká estuvo en sus máximos en Amsterdam, noticia excelente pero inesperada y que, en cierto modo, multiplica el enredo en el ataque del Madrid. Porque Mourinho pidió el fichaje de Modric para estimular a Özil contando con que Kaká se marcharía o se aburriría. En uno u otro caso sería un cero a la izquierda. Pero al brasileño le concedió una última oportunidad, en el Trofeo Bernabéu, y firmó un hat-trick que le rehabilitó a ojos del público y revitalizó su autoestima. Y ni Modric ni Özil han tenido arranque de purasangre. Así que, camino del Clásico, Mourinho se encuentra con tres jugadores para un puesto sin un orden de prelación claro. Tres jugadores, por cierto, que han costado 113 millones.

La sospecha es que Kaká jugó ayer para que los otros llegaran frescos al Clásico. Y ahora ha metido en un problema a Mourinho. Problema similar al que en su día le buscó Beckham a Capello, felizmente resuelto en favor del inglés (y del Madrid, que salió campeón) tras hacer cambiar de opinión al italiano. Jugadores con ese pasado siempre pueden irrumpir en el presente. Anoche Kaká le dio dos pases de gol a Benzema, sólo uno aprovechado, y fue figura central en casi todas las maniobras de ataque del Madrid. Además, mezcló muy bien con el francés y con Cristiano. Quizá haya vuelto, pero necesita actuaciones así en partidos de gran tamaño. El del domingo, sin ir más lejos, y no sé si Mourinho se atreverá a tanto.

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