Urizar Azpitarte

Un árbitro alemán imprevisible

Wolfgang Stark es árbitro mundialista. Se supone que de garantías. A los 30 años empezó a dirigir encuentros a nivel internacional. El alemán cumplirá el próximo mes de noviembre 42 años. Es considerado en la FIFA como un buen árbitro, pero no tiene gran prestigio en Alemania, donde lo consideran un colegiado simplemente bueno. Viendo sus actuaciones se puede decir que es introvertido y desconcertante en sus decisiones, ya que no tiene un estilo definido. Le veo demasiado exigente y disciplinado con las entradas y choques dentro de las áreas. Vendrá aconsejado para este Madrid-Barça, pero la jugada de Gourcuff en Lyon todavía está en el ambiente. Atará el partido los primeros 15 minutos sancionando todo. Luego, irá dejando, poco a poco, jugar más. Es impreciso en las tánganas y, sobre todo, basa su arbitraje más en la colocación que en su condición física. Ojo, por cierto, con las protestas en masa de los jugadores, porque a este árbitro se le puede ir la mano.

En resumen, un colegiado con personalidad, pero que ha demostrado en algunos partidos internacionales que le cuesta sacar tarjetas rojas. No le gusta que le provoquen desde los banquillos por su debilidad por el orden. Es alemán, recuerden. Espero que se deje sus preferencias personales a un lado (es fan de Messi) y corte cualquier conato disciplinariamente. Es una persona que se transforma en los campos de fútbol. Da la sensación de que en el terreno de juego es un poco arrogante. No le gusta dialogar. Guarda mucho las distancias con los jugadores. No corre en exceso la diagonal, Su principal virtud es, si el partido va normal, no complicarse la vida. Difícil hoy.

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