La añoranza de aquel Madrid galáctico

El Milán recupera a Beckham, aunque sea para sólo unos meses, como recuperó a Ronaldo. Como quiere sacar partido aún a Ronaldinho. Berlusconi quedó impactado por aquel Madrid galáctico, periodo fugaz pero fabuloso y anda aún en aquella pista. Yo al Madrid de ahora lo veo bastante bien, pero no pasan dos días sin que me encuentre quien añora los días de Florentino, y su propia figura como presidente. Los lunes, en el chat en AS.com, abundan las referencias. Defiendo del modelo actual la recuperación de la ética del trabajo, el regreso a viejos valores, pero una y otra vez sale el nombre de Florentino.

"La gente quiere soñar", me dijo un día Fréderic Hermmel, hablando de este tema. El aficionado puede respetar y aplaudir a jugadores como Pepe, Van Nistelrooy, Sneijder y Diarra. Hablando del Madrid, representan el espíritu de la casa. (Salvo algún sesteo excepcional, como el primer tiempo de Turín, dicho sea de paso). Pero se pide algo más. Aquello que está tan próximo en el recuerdo, la magia que el Barça sí tiene con Messi, que Galliani intenta (me parece que en vano) reconstruir para su envejecido Milán, el sello de algo diferente. No se trata sólo de conquistar: se trata de enamorar.

Y ahí es donde se va a jugar las habichuelas Calderón este verano. Con todas las faltas que se le buscan, que son muchas, ha hecho las cosas generalmente bien, ha construido un Madrid mejor que el que heredó, que estaba hecho unos zorros. Pero ha provocado dos decepciones serias: Kaká y Cristiano Ronaldo. El próximo es verano preelectoral. Empiezan a producirse movimientos para colocarse en la salida. Por eficaz que haya resultado hasta ahora, el modelo Calderón sólo se puede fortalecer si ficha por fin un par de jugadores de verdad deslumbrantes. Será este verano o no será nunca.

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