Este Madrid tiene que vivir del esfuerzo

Este Madrid tiene que vivir con esfuerzo, es cosa sabida. Sin eso, no le sobra nada. Anoche pretendió hacer un primer tiempo cómodo, y de hecho lo hizo, y por eso perdió. Luego desplegó un juego brioso y heroico, con gotas de calidad, pero es muy difícil meterle dos goles en medio partido a un equipo italiano en su campo. A la Juventus en Turín, por ejemplo. Y casi lo consigue. Un gol, un remate al palo, varios que salieron rozando... Pero todo eso no alcanzó y el Madrid se acuesta segundo de grupo. La clasificación está encarrilada, sobre todo porque el Zenit ha dado el petardazo, pero no está hecha.

Y otra cosa que también es sabida: este Madrid necesita a Robben, necesita abrir el campo. Lo administra, porque es jugador de frágil musculatura, y sin él se apaña peor. Drenthe aún no sabe sacar lo que tiene dentro, y otros no hay. Higuaín pegado a la banda es un desperdicio. El Madrid va a sufrir durante toda la temporada esa escasez que tiene arriba. Con todo, regresa con imagen buena: equipo corajudo, resistente a la derrota, con algunos héroes notables, como Pepe, Sneijder o Van Nistelrooy. Pero un palo empujó el churro de Amauri y otro palo rechazó un disparo de Sneijder. Así son las cosas.

Y mientras, el Villarreal ganaba por 6-3, tres de Llorente, el goleador que echa en falta el Valladolid. El Villarreal sabe fichar. Ya se asomó a las alturas de Europa no hace mucho, cuando llegó a las puertas de la final. Este año vuelve a por todo. Da envidia no haber estado anoche allí, para disfrutar de esa tormenta de fútbol y goles. Villarreal es territorio futbolístico feliz. Y hoy, más. El Atlético tiene culpas que lavar. Ánimo. Una gran victoria esta noche lo borraría todo. El que no tiene culpas ni preocupaciones es el Barça, que vive días gozosos y hoy visita un escenario de grato recuerdo: Basilea.

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