Anoche hemos ganado ocho puntos

"Todavía no hemos visto a esta España contra el marcador", me decía alguien anteayer. Alguien a quien valoro mucho. Y es verdad, descontado el día de los suplentes ante Grecia. El reto casi me hizo desearlo. Y sí: ayer España jugó contra el marcador. Hubo un despiste defensivo, una maniobra en el lateral del área, mal defendida, un centro al segundo palo, peor defendido, y un cabezazo cruzado, tocado, seguro, letal. España perdía. Y además llovía. Y además de todo eso estaba tratando de conjugar el modelo Luis con las aspiraciones de Del Bosque, que pide un poco más de prisa. Difícil.

Pues con todo y eso, España ganó el partido. Lo ganó cuando se sosegó, controló su juego, movió, tocó y sacó del partido a los belgas. No fue la perfección de la Eurocopa, porque hubo ratos de duda, pero fue un buen fútbol del que cupo rescatar esos ratos de equipo agrupado, tocando, acercándose al área contraria, hasta que de repente surge el pase letal: de Cesc a Iniesta (que repitió aquella maniobra del Buitre ante el Cádiz), de Güiza (que hizo de Iniesta, desde su posición caída a la banda izquierda) a Villa, ese diablo del área que sabe dónde está el gol, dónde buscarlo y dónde recogerlo.

Dos estupendos goles, tres magníficos puntos. El mismo día que Turquía empataba en Estonia, donde nosotros ganamos cero a tres el otro día. En una ocasión así, el viejo y sabio Boskov diría que hemos ganado ocho puntos: los tres nuestros, los tres que no gana Bélgica y los dos que ha dejado de ganar Turquía. O sea: vamos viento en popa a toda vela. Ganar es un hábito, como le escuché un día decir a Robinson, otro de mis clásicos. España tiene ya el hábito de ganar. Tan bien va, que ya casi ni me asusta saber que habrá que ir a Turquía sin Puyol, ese jabato que apuntala la defensa.

Lo más visto

Más noticias