El Atlético sale como una centella

Está claro que el Atlético le tenía ganas a esta competición: salió como una centella. Ganar 0-3, dejar resuelto el partido en el descanso, es más de lo que los más grandes pueden permitirse. El Atlético quizá no esté rematado del todo. Si me apuran, se le pueden buscar defectos: es mejorable en los laterales, le falta un Diego, un Guti, un Riquelme, un lo que ustedes quieran poner. Pero tiene dos buenos centrales, tiene orden, tiene fe y tiene al Kun, que pega con precisión de cirujano. Con eso le llega para esta salida en tromba en la Champions, que le aclara tanto el panorama. Ya basta con afilar las garras en casa.

Fue el partido del día. El otro, el del Barça, no admitía sorpresas. Ya vimos al Sporting de Portugal llevarse un capazo en el Trofeo Bernabéu. Esta vez sólo fueron tres, pero tienen un efecto benéfico para el Barça, que anda un poco palpando a oscuras, en busca de goles a los que agarrarse. Goles para que Guardiola no se nos pierda en sus inseguridades, en peleas con las moscas. Esta victoria en Champions tiene que servir para relajarle, y de paso a toda la casa. El Barça, como el Madrid, dejó el verano a medias. El Madrid por falta de fichajes, el Barça por falta de bajas. Una victoria en Champions es un gran lenitivo.

Y ahora van el Villarreal y el Madrid. El Villarreal en Old Trafford. Sólo estar ahí ya es una victoria. ¿Cómo es eso posible? Mel, entrenador del Rayo, nos lo decía el lunes. "Mandamos a Miñambres a Brasil con una lista de los veinte mejores jóvenes del pa cuando había visto a ocho nos llamó y nos dijo que seis de ellos ya habían firmado por el Villarreal, que los tenía cedidos a clubes fuertes de allí." O sea: trabajo, anticipación. Esa es la fórmula. El Madrid recibe hoy al BATE Borisov, equipo humilde, que viene de la nada. Un Numancia bielorruso, sólo que con cantera. Ojo: no valen confianzas. Ya nadie regala nada.

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