Con Soriano el Valencia vuelve a su ser

El martes nos visitó Vicente Soriano, presidente del Valencia. Como era inminente el partido de España contra Armenia, en Albacete (con el trajinar de Del Bosque entre el equipo que hereda y el que querría hacer, todo ello contaminado con los ruidosos consejos de Hierro) dejé para hoy el repaso de las nuevas verdades del Valencia, ese club importante y serio del que cabe aprender muchas cosas. El Valencia ha vivido a una velocidad exagerada en los últimos años. Una montaña rusa. Un toma y daca de expectativa y decepciones, un vodevil de directivos y ejecutivos que entraban y salían por las puertas.

Ahora está en buenas manos. No creo arriesgar mucho en esta afirmación. Nos visitó un señor de Puzol, la misma localidad en la que nacieron Claramunt y Llaneza, un hombre sereno y consciente, conocedor del entramado en el que se mueven el fútbol y el Valencia. Sabe que el club necesita unos 700 millones para salir del paso. Lo sabe y, eso es lo grande, se atreve con ello. Sin arrogancia, sin fantasía, sin chaladura, con clara consciencia de que se trata de algo muy difícil, pero que él se siente capaz de realizar. Porque conoce el mundillo del fútbol, del suelo, de las recalificaciones, del valor del Valencia.El fútbol puede y vale. Quizá pueda y valga demasiado, según algunos. Pero puede y vale lo que pide y vale. Del conocimiento de eso nace la seguridad de Vicente Soriano al afrontar esa montaña tremenda. No es fácil, pero escuchándole pensé que el Valencia está en buenas manos. En las manos de un hombre valencianista, futbolero y con manejo de esas claves económicas en las que el fútbol, tan disparatado, va encontrando cada poco su salvavidas. Sin vender ni a Villa ni a Silva. Sin renunciar a la legítima aspiración competitiva de ese gran club. Tras hablar con él, pensé que el Valencia ha vuelto a su ser.

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