Un último ridículo por fichar a Villa

El Madrid apuró, con áspero masoquismo, el cáliz hasta última hora, e intentó fichar a Villa ayer tarde. Con eso dio una nueva satisfacción al Valencia, que se lo volvió a negar, cosa que informó con elegancia lacerante Fernando a media tarde. Es una evidencia más de que la suma de los efectos Cristiano Ronaldo y Robinho han desajustado al Madrid en modo extremo, hasta dejar en evidencia sus importantes discordias internas. Esas discordias explican que lo que podría haber sido un simple revés asumible por todos, lo de Cristiano Ronaldo, se haya convertido en el gran sainete del verano.

En el Madrid hay dos bandos: Mijatovic-José Ángel Sánchez y Portugal-Schuster. Calderón, en medio de todo, trata de templar gaitas. Mijatovic fue su gran apuesta inicial. Él le aconsejó fichar a Capello para ganar un título, él cambió la plantilla perdedora y caprichosa del final del florentinato por la de ahora. Pero cuando las cosas iban tan mal en enero de 2007 (primer año de Capello) Calderón se comprometió con Portugal (entonces en el Racing) y al final cargó con él. Portugal, sin función clara,se fortaleció apoyándose en Schuster, que sabe que Mijatovic prefirió a Capello y no lo perdona.

En lo de Cristiano todos iban de acuerdo, pero desde que falló éste cada cual ha ido por su lado, y Robinho, con su insistencia en irse, ha acentuado la confusión. Mijatovic y José Ángel Sánchez pensaron desde el principio que podía irse y que si salía algo bueno para sustituirle, bien, y si no, qué se le iba a hacer. Portugal y Schuster buscaron ventajas en la situación: seguiría Robinho si no aparecía un repuesto de verdadero mérito, que se dedicaron desde entonces a buscar. Calderón ha dicho sí a los unos y a los otros, según el día. El resultado ha sido ese sainete que se prolongó hasta medianoche de ayer.

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