Al plan solamente le sobra la B

Schuster lo hizo oficial: hay un Plan B. Y eso tranquiliza al personal, que se sentía aterrorizado ante el tremendismo de un Cristiano o nadie. El Madrid no puede pasar un verano sin fichajes. Hasta donde alcanza mi memoria no ha sucedido. Ni siquiera después de la conquista de una Liga o una Copa de Europa. Los fichajes revitalizan a la afición, la meten pronto en la muleta de la nueva temporada, la enganchan a los torneos de verano. Hacen abonados y despiertan la ilusión (a veces óptica) de que lo que llega siempre mejora lo que hay. Y blindan a los presidentes. No hay palco que resista un mal comienzo después de un verano sin refuerzos.

P ero es que el Madrid, además, maneja como alternativas dos jugadores de primer orden. Villa es el pichichi de la Eurocopa, el goleador del campeón. A veces la cercanía de un futbolista le quita importancia. Si fuera francés o checo y jugara en uno de los cuatro grandes de la Premier no parecerían tan exagerados los 40 millones que pide el Valencia. Y Van der Vaart está a la altura de Sneijder o Robben, las dos joyas del agosto pasado. Al plan sólo le sobra la B.

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