Los veranos calmados del Real Madrid

El Madrid está en Irdning sin novedades. Ni Cristiano Ronaldo ni Van der Vaart, ni ningún otro. El único fichaje, Garay, queda como cedido una temporada en el Racing, terminándose de hacer mientras Cannavaro agota sus últimas carreras en el Madrid. Para el socio es inquietante. El Madrid es campeón, sí, pero esto del fútbol es ya, sobre todo, industria del espectáculo, industria de la ilusión, y resulta bueno renovar caras. En los periódicos deportivos lo sabemos bien. Se vende más en julio y en agosto, con la expectativa de los fichajes, que en los meses de competición, los restantes.

Y parece un cierto desorden (y lo es) que el equipo empiece el trabajo sin tener la plantilla decidida, incluso pendiente de alguna operación carambola como la de Cristiano Ronaldo, que en caso de llegar podría provocar muy posiblemente la salida de Robinho. Y surge además el contraste con el Barça, que ha apuntalado la parte de atrás y ha dado salida a Deco y a Ronaldinho, si bien le queda todavía pendiente un tema gordo: la salida de Etoo, que está atravesado, y el fichaje del siguiente delantero centro, que hay pocos y caros. Pero queda la sensación de que el Barça está activo, y el Madrid, no.

Y sin embargo, yo recuerdo que ya fue así la temporada anterior, y vean lo que luego pasó. El Barça fichó muy deprisa (y mal) el año pasado para tapar su liga perdida; este año ha fichado deprisa (y creo que bien) para enfriar la moción de censura, lo que consiguió sólo a medias. El Madrid no tiene prisa, es campeón, tiene el equipo hecho y se trata de mejorarlo en busca de la Champions. Lo de Cristiano Ronaldo no es fácil, ni nadie pensó ni dijo nunca que lo fuera. La inquietud del aficionado (y de la prensa) es natural, porque cuando no hay partidos vivimos de novedades. Pero los tiempos de Mijatovic son otros.

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