Después del Triki Beltrán, Dueñas

Segundo positivo del Tour: Dueñas. Español también. Sólo que este es más joven, tiene sólo 27 años, frente a los 37 de Beltrán. Cuando apareció el caso de éste, todos confiamos, un poco voluntaristamente, en que se trataba de un resto de la vieja época. Gente que se crió en un determinado ciclismo, que sigue creyendo que el ciclismo deber ser así, con doping. En una época todos lo hacían, los directores de equipo lo exigían a los noveles que entraban, de manera que estos ya venían preparados, con el hábito contraído muchas veces desde la edad amateur. Ciclismo en vías de extinción, esperábamos.

Dueñas es un paso atrás. Estábamos mirando a Dueñas con simpatía. Un gordito que empezó a montar en bici para adelgazar. Y para imitar a su ídolo y paisano, Lale Cubino. Estaba dando guerra. Y de repente... Por lo que vemos no hay ciclismo de viejos y ciclismo de jóvenes. Hay, sí, dos escuelas: la de los que creen que el ciclismo sólo es posible con doping y la de los que creen (y a la que me adscribo) que el ciclismo sólo es posible sin doping. No hay que ser demasiado optimistas ni demasiado pesimistas. Esta tarea va a ser dura. Siempre es duro desenganchar a un yonqui. Su cuerpo se resiente y pide.

Los dos casos son españoles, por cierto. No es para estar contentos. No corrían para equipos españoles, pero no se puede descartar que llevaran tratamiento por su cuenta, cosa muy frecuente en ciclismo. Si es así (que así será) podrían hacer algo muy bueno: decir quién les está tratando, qué les ha dado, y favorecer así que sobre el desalmado caiga todo el peso de la nueva ley. Pero me temo que no lo harán. No suelen hacerlo. Los ciclistas cazados en doping se comportan como borregos en el matadero. Mientras, los 'mengueles' que experimentan con ellos cuentan los billetes que les han sacado.

Lo más visto

Más noticias