Raúl aún es Mister Champions

A Raúl fue muy fácil quererle en la primera década de su carrera. Ahora cuesta más. Yo confieso mis crisis de fe. Y me llegan las de otros muchos, bien es cierto que más frecuentes entre quienes más lejos están del Bernabéu. Pero hay que reconocerle una capacidad de adaptación fuera de lo común. Lo que ha perdido en velocidad lo ha ganado en liderazgo, ya no se atreve a desbordar pero entiende mejor el juego, aparece menos pero pica casi con tanta precisión como antes. Es otro futbolista. Pero en su sitio y metido en un equipo con una buena ética de trabajo aún resulta importante. Y así se ha transmitido el mensaje de entrenador a entrenador en el Madrid de Del Bosque a nuestros días. A veces con una buena parte de la opinión pública en contra.

Y es que este segundo Raúl da para el debate (si lo sabrá Luis Aragonés). Como su actuación de ayer en el Olímpico. No pesó demasiado en el juego del equipo, pero marcó un gol de oficio (que hace el número 60 en la máxima competición continental), una picardía, fue otra vez ejemplar en el esfuerzo y estuvo en el epicentro de más de la mitad de las grandes ocasiones del Madrid con ese aire de Mister Copa de Europa que aún conserva intacto. Ese aire que asustará al Roma en el Bernabéu en un partido que se le hará largo. No encontrará el Madrid mejor espíritu al que agarrarse que el de su capitán, incluso para quienes creemos que su mejor versión no volverá.

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