Robben y Drenthe: sobra uno

Duró un suspiro ese brillante Madrid inicial, naranja y mecánico, desplegado en un 4-3-3 anchísimo, simétrico, muy del gusto holandés, con Robben y Drenthe bien abiertos en las bandas, repartiéndose el marrón de jugar en la derecha. Aun con ese hándicap, el plan B de un Madrid con cinco titulares lesionados tuvo buen aspecto durante media hora, porque con los holandeses el juego tiene más acción, más tiroteo, es más expuesto y más alegre. Y le va bien a Guti. Pero cuando el Betis hizo el 2-1 se acabaron el western, el Madrid, Drenthe y el 4-3-3, formato que sin posesión y sin presión sólo conduce al suicidio.

El ex del Feyenoord, mientras tuvo motor, dejó un gol, un envío raso de platino a Raúl y detalles de extremo potente y con desborde. Todo en la izquierda. En la derecha es un pingüino en el Sahara, un jugador desmañado que pierde la ventaja de su velocidad y el horizonte de la línea de fondo y el centro con intención. Robben se maneja algo mejor con la diestra, quizá porque en el Chelsea se vio a veces de segundo punta, pero tampoco se ganaría tan bien la vida con ella. La conclusión es que, como la cirugía no alcanza aún para trasplantar la destreza de una pierna a otra, al Madrid le sobra uno. O los dos cuando vuelva Robinho, que sólo puede jugar ahí o donde el intocable Raúl. Definitivamente, a Ramón Calderón no le quedará otra que fichar un 'siete'. Mejor si es pronto. Mejor si es Cristiano Ronaldo.

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