Llegó la paz entre la FIFA y los grandes

Antes de meternos de lleno en las emociones del derbi quiero referirme a un feliz suceso que se ha producido esta semana: la paz entre los grandes clubes europeos y la FIFA. La paz se escenifica con la disolución del G-14, el organismo en el que se agruparon en 2002 para dar fuerza a sus demandas comunes, y en la satisfacción por parte de la FIFA de esas demandas. Habrá para los clubes 4.000 euros por día y jugador seleccionado, habrá seguro, sólo será obligado ceder a los jugadores para un amistoso en todo el año fuera del territorio europeo. Y se estudia el modo de dulcificar los calendarios.

Lo celebro. El fútbol de los grandes clubes europeos, que tenemos el privilegio de disfrutar aquí desde la primera fila, me parece admirable. Pero tanto como aquel me gusta el fútbol de selecciones, con sus mundiales y eurocopas. Y me parece que así pensamos todos. El choque por las fechas es inevitable, pero se puede suavizar. La demanda económica es justa, porque no es propio que uno pague al jugador y otro lo disfrute por la cara y ni siquiera asuma los costos de una lesión. Con la llegada de Platini a la presidencia de la UEFA se han suavizado las posturas, se ha acabado el conflicto. Muy bien.

Aún quedan algunas cosas. El grupo único americano clasificatorio para el Mundial, que obliga a dieciocho partidos (hasta hace poco eran tres grupos) es un disparate que se debe solucionar. Y se debe intentar el traslado de la Copa de África a otras fechas. Pero con calma, disuelto el G-14 y sin posturas enconadas, son más fáciles todos los acuerdos. Desde ya mismo las selecciones europeas jugarán viernes y martes, en lugar de sábado y miércoles, como hasta ahora, con lo que los clubes ganan un día. Una guerra estéril que complicaba las cosas porque irracionalizaba los planteamientos ha terminado.

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