El fútbol español está formidable

Termina el Mundialito de Lanzarote y noto a todo el mundo un poquito chafado: por primera vez no ha habido ningún equipo español en la final. El Sevilla ha sido tercero, pero ese ha sido el tope. Camerún y Dortmund han disputado la final, resuelta a favor de los africanos. Había inquietud en el ambiente: ¿es que nuestra canteras van para abajo? No, tranquilos. Simplemente, ocurre que ha habido un equipo muy superior, física y técnicamente, Camerún, y por ese camino ha caído lo mejor de nuestro fútbol. Camerún era intratable. Potencia, velocidad, buen juego. La gran obra de Etoo y su brazo derecho, Mesalles.

Camerún ha dejado reservas, es verdad. Demasiado grandes, demasiado fuertes. Pero yo descarto la trampa. Es una cuestión de desarrollo más adelantado, y también la elección entre una base demográfica más amplia. Camerún trae lo mejor de un país con veinte millones de habitantes. Los equipos españoles traen lo mejor de su contorno, disputado en cada caso con un rival próximo: el Madrid con el Atlético, el Sevilla con el Betis; el Barça con el Espanyol; el Valencia con el Villarreal. Pero hemos visto buenos futbolistas españoles. Y, para mi gusto, el Villarreal, el Atlético y el Sevilla tenían nivel para la final.

Para animarnos viene este dato: España sale invicta de 2007, tras 47 partidos en todas las categorías. Nadie nos ha ganado un partido oficial. No tenemos jugadores muy arriba en el Balón de Oro ni en el FIFA Player, pero nuestra primera Selección cierra el año con ocho victorias y un empate, y de ahí para abajo todo ha sido bueno. Este país ama el fútbol y produce jugadores. No termina de salirnos un Indurain, un Alonso, un Nadal. Pero tenemos futbolistas muy notables, empezando por Casillas y terminando por Torres. Y siguen viniendo. Crecen más despacio que los cameruneses, pero juegan la mar de bien.