Sobre Kaká, el Kun Agüero y Laporta

La FIFA entregó ayer los premios del año en un sarao pretencioso y aburrido, salvado por la presencia de esas megaestrellas que nos colman de fantasía y de felicidad. Ganó Kaká. Hace doblete con el Balón de Oro, como el año pasado Cannavaro. Hay que reconocer que hemos salido ganando, aunque Kaká no juegue entre nosotros y Cannavaro sí. El doble premio para Kaká es un retorno del fútbol a la lógica y a las buenas costumbres, un regreso de no sé qué extravío diabólico que hace doce meses arrastró a Occidente a considerar que el mejor futbolista del planeta era Cannavaro. En fin. Pasó.

Buen jugador Kaká, como lo son Messi y Cristiano Ronaldo, que le escoltaron el el palco. Es el mismo podio, cambiando el orden de segundo y tercero, que en el Balón de Oro. Las dos elecciones coexisten, con mucha frecuencia se repite el ganador y a veces tengo la tentación de pensar que la FIFA ha venido a entrometerse en algo que ya se estaba haciendo, y muy bien, por parte de France Football. El viejo prestigio del Balón de Oro se ha visto menoscabado por esta competencia. Nació mucho antes, tiene gran prestigio por la justicia de sus designaciones, y además se adelanta cada año.

Pero al menos el FIFA World Player aporta una pedrea de premios alternativos, entre ellos el de mejor jugadora del mundo, lo que nos permite conocer y respetar más a las mejores jugadoras. Y a las mejores promesas, apartado que ayer nos dio la felicidad del premio al Kun Agüero, ese muchacho de fútbol tan personal que pisa como un gato, corre como un gamo y la coloca en los rincones. Y a Laporta, por la bonita iniciativa culé de pregibar UNICEF desde la camiseta. Bello gesto, que me gustaría completara permitiendo a Etoo e Iniesta sumarse a ese acto contra la malaria que apadrinan Casillas y Nadal.

Lo más visto

Más noticias