Dos años que han pasado muy rápido

Entre las emociones de la clasificación de España para la Eurocopa se nos ha escapado un aniversario que me resulta significativo, y que ayer recordó Marcos López en el Hoy por Hoy de Carles Francino. Hace dos años de aquel 0-3 del Barça en el Bernabéu, que se recordará por el aplauso entregado del público madridista a Ronaldinho. Sí que pasa rápido el tiempo, pensé. Aquel Barça fue campeón de Liga y de la Champions, y no se podía jugar mejor de lo que lo hacía Ronaldinho. Hoy, el Barça ha entrado en confusión, mientras el Madrid, con la plantilla renovadísima, aspira a su segunda liga consecutiva.

Una reflexión: nadie escarmienta en cabeza ajena. A riesgo de tener que reconsiderar estos juicios (riesgo que siempre existe en fútbol) tengo la impresión de que el Barça ha incurrido en los mismos vicios que destruyeron al anterior Madrid: molicie, fatuidad, falta de trabajo, pérdida de solidaridad... Hace no muchos meses año una comentadísima portada de este periódico comparaba al Ronaldinho de noviembre de 2005 con el de febrero de este nuestro 2007. La silueta era otra, el rendimiento se había degradado al mismo compás. La curva de caída ha seguido su progresión, y simboliza la decadencia del Barça.

Y otra reflexión: ¡qué rápido pasa todo ahora! ¿Es posible que aquel gran Barça vaya a resultarnos tan fugaz? La vida de hoy, tan cargadísima de impactos de toda clase, va sepultando a toda prisa lo anterior. Saturno devora a sus hijos con más saña que nunca. Sólo dos años y Ronaldinho es ahora un lastre para el Barça, el Madrid ha dado veinte bajas y hecho veinte fichajes, los 'galácticos' juegan en Málaga por la pobreza y el que ahora hace echar humo a las palmas es Robinho. Claro, que quedan otros. Quedan Puyol, Xavi, Raúl, Casillas, Víctor Valdés, Guti... Por estos el tiempo no pasa tan deprisa.

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