A Ruud le espera otra paliza

Raúl y Van Nistelrooy. La historia dice que valen un total de 114 goles de Champions, 115 si el holandés no manda el penalti a un vomitorio del Fondo Sur. Casi nada. El dato habla de dos rematadores excepcionales a los que no les queda demasiado tiempo en el negocio, aunque Van Nistelrooy le ha dado al Madrid mucho más de lo que esperaba incluso quien lo fichó. Ayer estuvo en dos goles. El primero era para él y la salida de Nikopolidis se lo entregó a Raúl, que también ha hecho carrera de su oportunismo. El tercero se lo regaló a Robinho, futbolista capaz de abrir en 48 horas el bloque deportivo del Telediario y el Tomate.

Van Nistelrooy fue el jugador de la pasada temporada. Sin su acelerón final quizá no hubiera ganado la Liga el Madrid. Nueve goles hizo en los ocho últimos partidos, 25 en el campeonato canjeables por 25 puntos, 17 anotados fuera (récord en el conjunto blanco). Pero acabó exhausto y lesionado, y le ha costado volver. La recuperación se alargó y el club buscó alternativas para evitarle otro desgaste tan brutal, pero el holandés tiene que volverse a poner en lo peor. Saviola no le ha quitado la razón al Barça y Soldado no tiene crédito. La cosa apunta a que volverá a andar por los 47 partidos que disputó la temporada pasada (más los de su selección, ahora que ha vuelto) y no sé si le queda combustible para tanto. Oficio, seguro. Un Pichichi en tres países diferentes espanta hasta a los escépticos como yo.

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