El triángulo vulnerable de Schuster

Tras la salida en tromba del Madrid en la Liga, a muchos ha sorprendido el aturdimiento del equipo en Valladolid, donde la energía y rapidez del equipo local le sorprendieron. Salvó el empate por la facilidad con que de poco saca una ocasión de gol, o hasta un gol. Pero fue abiertamente inferior al Valladolid. ¿Qué ha pasado? , se pregunta el madridista. Pues, primero, que el Valladolid es más de lo que comúnmente se piensa. Y segundo, que el Madrid, de plantilla muy larga, casi excesiva, se construye en torno a un triángulo de medio campo para ninguno de cuyos tres vértices hay suplente claro.

Me refiero a Diarra, Guti y Sneijder. El plan es Diarra como un coloso que lo abarca todo, por arriba y por abajo, en el corte, y dos violines por delante para encauzar el juego y alternar el toque corto con el pase profundo y la llegada al gol. Ninguno de los tres tiene suplente claro. Gago no tiene el físico de Diarra, ni por asomo. Es un buen jugador, pero para otra cosa. Diarra, en pleno Ramadán, tiene problemas para abarcar todo lo que se le exige. Sneijder no estuvo en Valladolid; desde Albania anda tocado de un tobillo y tenía que descansar. Guti sí estuvo, y por él llegó el empate, por cierto.

Esa falta de reemplazos del Madrid en la zona crítica (la zona ancha decían los clásicos) es su talón de Aquiles, y la larga temporada lo demostrará. Quizá Gago o Higuaín puedan en algún caso 'hacer' de Guti o de Sneijder, pero habrá que verlo. Lo de Diarra, si acaso, Sergio Ramos. Pero la amplia (demasiado) plantilla del Madrid ha dejado sin especialistas de reemplazo esa zona del campo, así como sobran en muchos otros lugares. Un exceso que lleva, por otra parte, a Schuster a acelerar las rotaciones, porque detesta tener gente ociosa. De hecho, ya han jugado en partidos oficiales todos menos Soldado, Dudek y Codina.

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