Totalmente de acuerdo con Platini

Bajado el telón del Eurobásket (gracias otra vez, chicos) las miradas se vuelven hacia la Champions, que eleva con su aparición el tono de la temporada futbolística. La vieja Copa de Europa, con la que unos visionarios zurcieron un continente desgarrado por la peor guerra y partido por un telón de acero, ha ido creciendo hasta convertirse en un espectáculo colosal en proporciones y en interés. Y ahí pintan mucho los nuestros. Estamos en cabeza del ranking que mide los resultados de los equipos de cada liga en los cinco últimos años. Así que vamos con cuatro. Hoy, Madrid y Valencia. Mañana, Barça y Sevilla.

Madrid y Valencia contra alemanes. Es curioso: años atrás estaríamos aterrorizados, pero hoy Werder Bremen y Schalke 04 nos parecen muy batibles, y conviene reflexionar sobre eso. Allí, una compañía, Kirch, infló los precios de los derechos del fútbol hasta que el globo reventó, y de aquella crisis vinieron estos nuevos tiempos de equipos alemanes deslucidos. Lo advierto por si puede servir a alguien como reflexión sobre lo que pasa aquí y ahora, con la estrategia superagresiva de Mediapro. Han pasado años y recién ahora el Bayern (al que vemos caído en la UEFA) y sólo él, vuelve a tener dinero para fichar.

Esta Champions arranca con el anuncio de que Platini quiere que uno de nuestros representantes sea en el futuro el campeón de Copa, y no el cuarto en la Liga. Y yo lo celebro. Siempre pensé que así debería ser. Lo único que puede devolverle a la Copa el interés que en tiempos tuvo es justamente eso. Se me dirá que la Copa suele ganarla un equipo sin lustre, pero eso pasa porque generalmente los grandes la olvidan, desde la idea perezosa de que el cuarto puesto en la Liga es más fácil de asegurar. Pero, ¿no es esto Champions? Pues que nunca falte el campeón de Copa, el campeón de España.

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