Jugando bien también se gana

Curioso: en la alineación que sacó el Madrid en El Madrigal, sólo tres son nuevos de este año. Los otros ocho estaban con Capello y con él ganaron la Liga. Pero el equipo es otro. ¿Sólo por tres? No. Por una disposición a jugar de otra manera, mejor, más bella, más atrevida. Sólo tres y el equipo es irreconocible. Irreconociblemente mejor, podríamos añadir. Y gana. Es más: golea. Golea a domicilio a un equipo que llevaba dieciséis victorias y dos empates en sus últimos dieciocho partidos. A un equipo bueno, cuyo último partido fue un volteo espectacular al Valencia. Jugando bien también se gana.

Conviene recordarlo, porque cada vez que alguien alcanza éxitos racaneando suele extenderse la idea contraria, la de que se gana más de esta segunda manera. Y no es verdad. La historia del fútbol no lo demuestra, sino más bien lo contrario. Y ayer, ese juego del Madrid, hecho de combinaciones precisas, bien delineadas, rápidas, indefendibles, no sólo dejó aroma de buen fútbol: dejó también una goleada estrepitosa. De repente los fantásticos son once del Madrid, no cuatro del Barça, al que de nuevo remolcan los árbitros de manera sonrojante. En Santander fue Muñiz. Ayer Megía... Continuará.

Por cierto, el partido se vio al fin en abierto, en La Sexta, pirateado. Muchos lo habrán celebrado, pero el camino no es ese. El fútbol que tenemos no se paga en abierto (ni Inglaterra ni Italia ni Alemania ni Francia dan ya partidos de liga en abierto) y menos aún incumpliendo los contratos como hace Mediapro, que por no pagar los 58 millones que debe a AVS ha roto un 'statu quo' en el que no había monopolio, como se miente fácilmente, sino fútbol para todos, en todas partes y en todas las modalidades. Ahora hay un pirateo cortoplacista que jalean algunos insensatos sin noticia de lo que es esto.

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