El nuevo Madrid, ante todo un equipazo

Una línea se define por dos puntos. El Madrid ganó bien al Atlético, pero su nuevo proyecto pasa hoy por ese segundo punto que va a señalar, con máxima veracidad, por dónde va este Madrid. Lo que tiene enfrente es serio, es un miura. Un miura amarillo. El Villarreal fue equipo de máximo tono continental hace dos temporadas. La pasada, las lesiones graves de sus refuerzos (desde el Carranza) y el motín de Riquelme le atascaron. Pero aún así cogió la onda al final y acabó con ocho victorias y metiéndose en la UEFA. Esta pretemporada ha seguido siendo un cañón. Y por último, barrió en Valencia.

Schuster lo conoce bien y de hecho lo describió con sencilla precisión en su conferencia de prensa de ayer. De conocer a vencer hay un trecho, sí, pero es que el Madrid también se ha ganado la confianza. Su turbulenta pretemporada queda atrás. Lo último, lo de verdad, fue el buen partido ante el Atlético, cuando el caos previsto se transformó en un fútbol hermoso, rápido y ofensivo, el sueño del aficionado del Bernabéu. Eso que se vio es el Madrid que soñaba Calderón desde que llegó, y al que parece haber llegado tras un rodeo por Capello, concesión utilitaria a las urgencias del momento.

Por cierto, no sabemos cómo y dónde veremos el partido. Estamos en este lío porque Mediapro no reconoce como válido un contrato del que no paga los costes, pero del que, por otra parte, sí ha hecho uso para vender la señal al extranjero o los partidos en abierto a La Sexta y a algunas autonómicas. Mientras el revoltijo se resuelve en los tribunales, viviremos una época de confusión y pirateo. Pero que nadie se entusiasme ante tanto fútbol en abierto, porque nunca será posible. Los costos de televisión de la Liga salen en dos terceras partes del pago. De otra forma no sería posible mantener esto.