Bomba: Alemania deja de dar el Tour

Sinkewitz, alemán del T-Mobile, fue inscrito en el Tour con el número 29. Ya no está. Su choque contra un espectador imprudente le provocó lesiones que le apartaron de la carrera. Pero quedará para la pequeña historia de este Tour y para la más grande del ciclismo como el desencadenante de una decisión que ayer adoptaron las dos televisiones alemanas que transmitían la carrera, la ZDF y ARD, que han decidido desentenderse de la carrera una vez que se ha conocido un positivo del tal Sinkewitz. Un positivo por testosterona, en un control semanas atrás. Lo habían advertido: al primer positivo, adiós.

El ciclismo rueda de espaldas a la realidad y se está metiendo en un callejón sin salida. Gentes del ciclismo de toda la vida, buenas gentes, me dicen, moviendo la cabeza de un lado a otro: "Esto no hay quien lo cambie, va a seguir igual". Pero no va a seguir igual, porque o cambia o simplemente no va a seguir. El ciclismo que hasta ahora se ha vivido ya no lo tolera la sociedad. Todos estamos hartos de aplaudir un deporte envenenado. Ya sólo espero que Sinkewitz convoque a la prensa y diga simplemente: "Sólo he hecho lo que cualquiera: tomar lo que me recetó mi médico, que es Fulanito de Tal".

Si Sinkewitz hiciera eso, al menos aislaríamos a Fulanito de Tal, al que quizá algún memo llamaría algún día a hablar de medicina deportiva en alguna universidad, pero ya habríamos avanzado mucho. Son unos cuantos Fulanitos de Tal los que secuestran el pelotón y lo envenenan, frecuentemente con el plácet de los directores de equipo. Ellos son los responsables, y los ciclistas, en su mayoría, mitad cómplices mitad víctimas. Pero unos y otros sin televisión no podrán vivir. Este no es un deporte con taquillas. Este es un deporte de marcas publicitarias, que huyen de su desprestigio. Y de teles, que se van.

Lo más visto

Más noticias