La increíble invitación a Eufemiano

Mañana yo debería estar en Aranjuez, pero no va a ser así. Estaba invitado para dar una clase en un curso de la Universidad Rey Juan Carlos, un buen curso por otra parte. Pero no estaré, y tengo que disculparme por ello, porque cuando acepté la invitación no sabía que Eufemiano Fuentes también estaba invitado, y para dar nada menos que una lección sobre Medicina Deportiva. Un escrúpulo que me viene de muy dentro me impelió a darme de baja. De ninguna manera querría haberme visto anunciado en el mismo cartel que un hombre que ha infamado hasta el extremo uno de los deportes que más valoro: el ciclismo.

Y tengo que decir que me parece increíble la falta de sensibilidad que aún encuentro en España en el tema del dopaje. Que una Universidad que lleva el nombre del Rey invite a Eufemiano para dar una charla no sobre doping y su manera de ocultarlo, que ya sería un alarde cínico pero tendría algún maligno interés, sino sobre Medicina Deportiva, me parece aberrante. Fuera nos miran como un país venal en esta materia. Hechos como éste les dan la razón. Ahora que está a punto de comenzar un Tour atormentado por la Operación Puerto, aquí ofrecemos un noble escenario a Eufemiano para que esparza sus teorías.

Yo no sé si es un irresponsable, embargado por un delirio científico, o un codicioso sin escrúpulos que se enriquece envileciendo la mente y el cuerpo de deportistas. Lo que sí sé es que es un convicto de haber organizado prácticas dopantes. Una cosa es que no haya ido a la cárcel porque en España eso no era delito cuando se produjo la Operación Puerto y otra que dé una charla sobre Medicina Deportiva. No debería estar en la Universidad, sino disfrutando su fortuna, a mi juicio mal ganada, y criando tomates en su isla natal. Es mi forma de pensar, y por eso he cometido la infrecuente incorrección de faltar a esa cita.