Schuster y el natural enfado de Torres

Pasada la final de Copa, en la que Schuster reacreditó la categoría de su trabajo y la belleza de su fútbol (si perdió fue porque el gol se tiene o no se tiene) todo debería estar listo para su incorporación al Madrid. Él ya se manifestó hace pocas noches en El Larguero como entrenador madridista 'de facto'. Pero algo se ha atascado. El Madrid le pide ahora que sea él quien se desvincule del Getafe, y le deja caer que si no lo consigue tiene otros candidatos: Laudrup, Koeman, Wenger... La razón es que Torres se ha puesto duro y ha largado tanto y tan feo que Calderón ya no quiere hablar con él.

Pero es que Torres tiene sus razones, y razones válidas. Hace tiempo que el Madrid le ningunea. Ya lo hizo en el anterior periodo, cuando le negó cesiones de jugadores, que sí obtenía sin embargo del Valencia y del Atlético, con provecho para todos. Con Calderón, Torres tuvo la esperanza de que todo cambiara. Pidió las cesiones de Javier García, De la Red, Balboa y Soldado, y le dijeron que sí. Pero luego dieron destinos distintos a los cuatro jugadores, y no se molestaron en decírselo al Getafe. Y ahora, lo de Schuster, con la desgracia de que el tema ha distraído en vísperas de la final de Copa.

Ahora Torres amenaza incluso con denunciar ante la FIFA al Madrid por tocarle al entrenador con contrato en vigor. O exige un par de jugadores a cambio de ceder. La petición es exagerada, pero el enfado es justo y tiene su raíz, toda su raíz, en el prolongado desprecio del Madrid a un club en el que pudo y debió apoyarse, y al que, en lugar de ello, ha ninguneado insensatamente. El Getafe exige una reparación y Calderón deberá dar una muestra de habilidad y de calma para proporcionarla. Pero cambiar de Schuster a otro porque la situación se ha enredado y Torres está hecho una furia no sería nada serio.

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