Calderón necesita unas elecciones ya

Pase lo que pase con la Liga, Calderón necesita relegitimarse con unas elecciones, le guste o no, lo acepte o no. Ganó por corto margen y con un artificio jurídico bien traído y avalado después por las instancias correspondientes, pero tiene demasiados fusiles apuntándole. Con la Liga a tiro, con la regeneración de aquel desmán que acabó siendo el florentinato, con el equipo exhibiendo de nuevo una ética del trabajo que se echaba en falta desde la época de la Quinta de los Ferrari, se sigue armando la gorda cada vez que comete algún desliz. El Madrid necesita acabar con eso cuanto antes.

Me detengo en la escena del sábado, que tanto ha dado que hablar. Es cierto que se ha vendido mal, falseada. No hay vuelta olímpica, ni mucho menos 'vueltas olímpicas'. Eso es una exageración, maliciosa o simplemente servidora de una corriente de moda. Pero sí es un acto inútil y forofo, que tiene que ver con la tensión que sufre en su persona, con la necesidad de éxitos o victorias que ratifiquen un resultado que las urnas dictaron pero que muchos aún le discuten. Hay una presión interior que mueve algunos de los actos de Calderón, que condicionan su presidencia, y eso es malo.

Ahí incluyo los fichajes de invierno, buenos a mi juicio, pero que quizá hubiera pagado más baratos en algún caso si se hubiese sentido en condiciones de aguantar la partida de póker con los clubes vendedores y con los agentes. Calderón puede ganar esta Liga, pero más importante aún para él sería ganar, de una vez, la paz del madridismo. Y eso sólo lo va a conseguir si convoca unas elecciones a la vuelta del verano, con Capello o con Schuster, con o sin Kaká, pero desde la lealtad de poner a prueba ante el socio su presidencia, para que los que tengan algo que decir lo digan. Y los que no, que callen para siempre.

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