Este sistema es mejor que el del Tour

La primera llegada en alto no va a decidir el Giro de Italia, eso está claro, pero nos va a aportar un bonito espectáculo y, seguramente, puede servir para poner en dificultades a alguno de los favoritos. Cuando la montaña llega tan temprano, siempre se le atraganta a algún jefe de filas. Incluso podría ocurrir que alguno perdiera ya aquí sus opciones.

El Montevergine no es un puerto demasiado duro y quizá lleguen juntos cinco o seis corredores. Puede ser el día para Damiano Cunego. Y ojo también a Davide Rebellin, que en la primera semana de las grandes rondas suele ir bastante fuerte. Por el contrario, no parece una jornada propicia para Gilberto Simoni, un ciclista que necesita más dureza para poder marcar diferencias respecto a sus rivales.

Me gusta este sistema de colocar una llegada en alto en la primera semana de carrera. La Vuelta a España también lo hizo el año pasado con La Covatilla, una subida de características parecidas al de hoy, y se demostró que una etapa así no decide la general a las primeras de cambio y, sin embargo, sí ayuda a darle interés y emoción a la competición. Lo que no comprendo es la costumbre del Tour de Francia de tenernos una semana o diez días sin montaña, con etapas llanas, muy nerviosas y estresantes, que solamente sirven para castigar a los jefes de filas. Los candidatos a la victoria se tiran todo ese tiempo intentando evitar las caídas, que más de una vez han eliminado a favoritos sin que éstos nos hubieran podido dar muestras de su clase.

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