El Madrid se sigue agarrando a la Liga

Pasó el Valencia por el Bernabéu y quedó la estela de partido intenso, muy luchado, con tres goles soberbios y apagones alternativos de los dos equipos. En el recuento final, el Valencia se aleja de sus últimos sueños del título y el Madrid renueva sus esperanzas, débiles, pero legítimas. Al Valencia le luce el ataque, con sus excelentes extremos y los dos que buscan el gol por dentro, pero le falta producción de fútbol para alimentar tan excelente delantera. Albelda y Albiol repiten la figura del medio de cierre. Las lesiones de varios y la decepción que ha supuesto Hugo Viana han dejado esta laguna. Y le ha costado cara.

En cuanto al Madrid, fue el de siempre, sólo que esta vez regaló un gol inmenso, que viene a compensar un poquito el déficit tremendo que en ese sentido hay en el Bernabéu. Una jugada de ataque bien ligada, al primer toque, con rapidez, algún taconazo y apertura final de Gago al hueco por el que llegaba Torres, cuyo centro al otro lado dio lugar a un remate glorioso de Van Nistelrooy. Un gol para enmarcar, para paladear con los ojos cerrados, para buscar el día siguiente en los resúmenes. Una obra de arte. Pero alrededor de ella, poco arte más. Mucho esfuerzo, sí, arriba y abajo, pero poco arte.

Un gol vale por un gol, sea bueno o malo, y otro gol lo neutraliza. Y llegó el del Valencia, nada desdeñable, por cierto, en galopada de Joaquín. Y el Madrid empezó a pasarlo mal hasta que al portuense (cuyas exhibiciones en el Bernabéu ya son clásicas) le falló el abductor y tuvo que marcharse. Y además entró Beckham, con muchas ganas y con muchos centros de derecha retenidos en la cartuchera, después de tanto tiempo sin jugar. Por ahí buscó el triunfo el Madrid y por ahí lo encontró, en una rosca perfecta a la cabeza de Sergio Ramos. En fin: que el Madrid sigue en carrera. Con apuros, pero sigue.

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