El Madrid gana once puntos de golpe

Boskov, que era un optimista incurable (sólo a él se le ocurrió, después de perder un partido por 9-1, decir que es mejor perder un partido por nueve goles que nueve partidos por un gol) diría en un caso así: "Hemos ganado once puntos. Los tres que ha perdido el Barça, los tres del Valencia, los dos del Sevilla y los tres que hemos ganado nosotros". Era una forma de contabilidad creativa al modo que se va extendiendo en la economía a cualquier escala (así pasan las cosas que pasan). Pero lo recuerdo hoy porque en cierto modo el Madrid se puede sentir así: como si hubieran ganado once puntos.

Y es que la Cofradía del Clavo Ardiendo cobra plena razón de ser de golpe, porque el Madrid no, y ya está en carrera. Pero lo importante de la jornada no es eso, sino que los otros tres han acusado falta de fiabilidad. Al Valencia y al Sevilla les han pesado sus partidos europeos (que habrá más) y al Barça le han pesado sus galimatías internos (que también habrá más). Ronaldinho ha pasado su enésima semana sin entrenar, Etoo ha pasado de ir a La Romareda, y entre una cosa y otra ha pasado lo que ha pasado: que el Barça volvió a perder y que aquel efecto reconciliación tras la catarsis se está esfumando.

¿Y el Madrid? Tampoco hizo gollerías. Hizo su fútbol de gasoil, ahorrativo y sin belleza, aunque recuperó algunas cosas. Recuperó a Emerson, para lo que haya menester. Lució algo Robinho. Raúl marcó otro gol, cosa que todo el mundo celebra de corazón. Pero eso, ¿da para estar ahí? ¿Da para ganar la Liga? La verdad para mí es lo que dijo Lama en Carrusel, tras el consabido milagro de Casillas, aún con cero a cero: "Si el Madrid aún está agarrado a la Liga es por el portero". Y así es. Él es lo único de verdad excepcional que tiene este confuso equipo, sombra de sí mismo, reconstrucción inacabada.

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