El Sardinero: el fútbol como era antes

El repiqueteo del gol de Carrusel, ese viejo sonidillo familiar (G-O-L en morse, lo digo para los curiosos) sonó ayer tarde más de lo normal. Pero la mayor parte de las veces venía de un mismo lugar, los Campos de Sport de ElSardinero, donde dos clásicos destrozaron las cautelas y las pizarras, destrozaron las defensas y las redes y dejaron un marcador de los de hace muchísimos años. Un cinco a cuatro que rinde culto al fútbol de antes, aquel fútbol que veía mi padre antes de la guerray que después fue languideciendo a medida que los entrenadores retrasaban delanteros para añadir defensas.

Ayer se produjo un desafío a la historia, en un escenario muy apropiado, el Norte, y entre dos de los fundadores de nuestra Primera División, hace tantos años ya. El público estuvo en vilo todo el partido y lo pasó en grande. Los entrenadores no tanto. Ni el ganador: "Ha sido espectacular para el público, pero para los entrenadores no tanto. Cuando se encajan nueve goles es que algo ha fallado." Eso lo dijo el ganador, Portugal. No me extraña. Todos piensan así. Un día pregunté a Aguirre si prefería ganar 5-4 o empatar a cero: "Hombre, un 5-4 es un resultado que no gusta a ningún entrenador", me contestó.

Bueno, pues a los que no miramos el fútbol con ojos de entomólogo sí nos gustan estas cosas y abrazamos con euforia la noticia de que todavía son posibles. Hasta no hace mucho eran incluso probables en los partidos entre el Atlético y el Barcelona, ¿recuerdan? Ahora el fútbol de ataque, de todos arriba, ida y vuelta, remate rápido y red sacudida, se ha escapado por otra rendija, ese bendito partido en el que el gigantón Zigic mejoró su impresionante crédito. Perdió el Athletic, que movió a tanta gente. Pero sólo perdió a medias. Contra lo que piensan los entrenadores, yo creo que partidos así los ganan todos.

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