Tenis: un deporte de buenas noticias

Nadal ha renunciado a jugar la Copa Davis contra Estados Unidos, y ese paso atrás ha provocado general decepción. Nadal es un héroe sin reservas, y su defección nos deja a todos un poco atónitos. Más si se piensa que aunque tocado, ha jugado en Miami el torneo del circuito inmediatamente anterior al choque de Copa Davis. ¿Entonces? Primero, que en Miami se juega al mejor de tres sets, no al mejor de cinco, como es la Davis, y en esa fórmula sus molestias resisten mejor (aún así se ha visto que no estaba bien). Y segundo, que la Davis es algo que coloca a los tenistas ante una responsabilidad abrumadora.

Ya lo vimos hace poco con el mismísimo Federer, que no quiso jugar con Suiza contra nosotros. El tenis es un deporte feliz, un deporte de buenas noticias. Pasan todo el año jugando en un circuito del que el gran público sólo tiene noticias cuando las cosas salen bien. Nadie les culpa cuando pierden, todo el mundo se siente feliz cuando ganan. Juegan en lugares más o menos remotos, en horarios desiguales, con adversarios no siempre identificados. Cuando caen apenas ocupan un pequeño sitio en los periódicos. Cuando ganan, esa noticia feliz se destaca. No hay presión, no hay agobio.

Pero la Davis es otra cosa. De repente y durante tres días sienten los ojos de todo el país sobre su cogote. Entonces sí sale información y se sabe que el de enfrente está tantos puestos más atrás en la ATP y que por tanto hay que ganarle inexorablemente (así razonamos) o, si no, se ha fallado a la tribu. Faltos de hábito ante esa presión muchos jugadores se abruman. Ya pasó hace años en Nueva Zelanda, cuando tuvimos que mandar un equipo B. El propio Nadal se consagró en Brno cumpliendo una suplencia. Ahora sabe que si va es para perder y no se siente con ánimo. Y hay que comprenderle.

Lo más visto

Más noticias