De Anfield a Mestalla. Una gran noche

This is Anfield, leerán a la entrada del vestuario los jugadores del Barça esta noche. Esto es Anfield. Una advertencia. Pero no pienso que les vaya a intimidar, porque ni siquiera pueden permitírselo. El Barça, el mejor equipo del mundo hace sólo un año, ha recuperado jugadores y orgullo. Rijkaard tiró del 3-4-3 en Zaragoza y le dio la vuelta a la eliminatoria. Lo repitió en Sevilla y se adelantó, aunque luego el vendaval local (hay pocos equipos como el Sevilla) y las expulsiones lo alborotaron todo. Esta noche repetirá: 3-4-3, Messi, Etoo y Ronaldinho arriba y a quien Dios se la dé San Pedro se la bendiga.

Sé que este periódico es seguido por muchísimos madridistas y que quizá no les guste leer esto, pero es forzoso el elogio a la actitud de este Barça, con Etoo y Messi más o menos recuperados, con los michelines de Ronaldinho más o menos hinchados, pero siempre dispuesto a ser protagonista, a buscar el partido en el campo contrario, a tejer en pies de Iniesta y Xavi, a mover el balón con rapidez. Un equipo hecho a la medida de la grandeza que demanda ese gran deporte que es el fútbol. El Liverpool le ha llegado a mitad de su recuperación. Este es su partido clave en la temporada. Dramático y hermoso.

Como el de Mestalla. Un partido para comparar dos ligas: la nuestra y la italiana. El Inter 'vince tutto' del calcio apenas salvó un empate en San Siro, y eso gracias a un gol en off-side claro. Pero el 2-2 deja las espadas en alto. Esta noche el Valencia nos representa a todos, porque la caída del Inter significaría la del calcio y su modelo. Tenemos una ventajilla: no estará Adriano, que en este mismo campo sembró el terror hace tres años. Y tenemos una ventajaza: estará Villa, que tiene menos nombre pero tanta pólvora como el brasileño. Partidazo también. Y mañana, Múnich. Pero esa será otra historia.

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