Reyes hizo muy creíble el plan B

Apúntenme al equipo del segundo tiempo, al de Reyes estirando la banda izquierda, al de Xabi Alonso entre Cesc (luego Iniesta) y Xavi, al de Luis García llevando la mediapunta de babor a estribor sin descuidar la llegada. España fue mejor con los que empezaron y con los que acabaron, pero en los primeros cuarenta y cinco minutos lució más sin la pelota que con ella. Le quitó el aire a Egipto presionando desde muy arriba y relevó bien a sus laterales para tapar las bandas. Ese equipo de Senna y Albelda se planta en el campo como una cima difícil de escalar aunque luego no liga los pases en ataque, no se arrima de verdad al portal contrario.

Luego entró Reyes, un futbolista alegre, de inspiración, emprendedor, con desborde y descaro. Y con una zurda que pone golpes francos en la escuadra, y España tuvo un aire más festivo, menos previsible. Ayudaron Xabi Alonso y Xavi, centrocampistas de largo alcance, y el bypass de Iniesta, ese último pase que agujerea defensas. Este fútbol llega más al público aunque sobresalte, aunque exija más a Casillas (prodigiosa parada tras clamoroso error). Por eso me temo que seguirá siendo el plan B, el de las emergencias, al que Luis acuda cuando estemos en peligro. Esperemos que nunca.

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