Es difícil soportar un desplome así

Asoma el verano y rebrota Bronzetti, intermediario a varias bandas que se mueve con fluidez por el eje Madrid-Roma. Y sugiere, sin inocencia, que el Roma pretende a Raúl. Está bien si juega para el equipo italiano, es humo si se pronuncia en nombre del Madrid, un club paralizado por un proceso electoral tan en mantillas que ni siquiera tiene candidatos oficiales. Y tampoco parece el comprador fiable: no pudo fichar en el pasado mercado de invierno por orden de la FIFA tras quitarle irregularmente al Auxerre al central Mexes.

Sin embargo, dos manzanas detrás de la filtración, habita la posibilidad real de que Raúl no acabe su carrera en el Madrid. Y no cabe reprochar ingratitud a la parte del Bernabéu (creciente) que se inclina por su salida. Pesado en goles, Raúl vale la mitad que hace un año. Y hace un año valía menos de la mitad que la mejor versión de sí mismo. En su defensa cabe alegar una lesión grave y un malestar general en el juego del Madrid que no invita a la rehabilitación. Pero también es cierto que un desplome así no es capaz de resistirlo ni un jugador que iba para mito. "A Raúl no le vendría mal cambiar de aires", dijo Schuster hace semanas. Y no sé si hablaba desde la orilla de Raúl o con el egoísmo de un futurible al banquillo blanco.

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