El Atlético murió por las bandas

El Madrid prescindió de sus jugadores más exteriores, Cicinho y Robinho, y mató al Atlético en dos jugadas de extremo, lo que habla mal de los laterales rojiblancos y bien de lo poco previsible de este juego. También encajó un gol porque Salgado quiso defender un córner corriendo de su palo al contrario por detrás de Casillas. Una puñalada al achique que dio validez al taconazo de Kezman. De estos datos se deduce que el partido pasó poco por las pizarras, que fue desbocado y cambiante. Una pesadilla para los entrenadores. Y eso le fue mejor al Madrid, más suelto en el sobresalto y afortunado al marcar pronto tirando de un dibujo del pasado: Zidane vencido a la izquierda, los cien metros de banda para Roberto Carlos y Salgado a la espalda de Beckham sin relevarle.

Murcia esperaba otra cosa, aguantar lo justo para tomar impulso luego con el presumible alboroto del público ante la más mínima adversidad. Pero el viento de cola sopló para el Madrid y entonces notó que le faltaban Ibagaza y Maxi. Nada que el Niño Torres y su fantasma no supieran ya.

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