Un vino de Toro y nada de garrafón
Mañana arranca una nueva edición de la Copa para la Real. Será en el Ruta de la Plata, en Zamora, y los precedentes indican que habrá que atusarse bien los bigotes para evitar tragedias. Y es que las resacas que deja la Copa para el conjunto txuri-urdin son siempre muy desagradables. Dolores de cabeza, de estómago y hasta de corazón acompañan a cada eliminación, la última más humillante que la anterior, aunque a la vez menos sorprendente. Un garrafón de decepciones que se suceden desde hace siete años. En ese tiempo, la Real no ha pasado nunca de dieciseisavos y siempre ha sido eliminado por conjuntos de inferior categoría. Mirandés, Alavés, Zaragoza, Hospitalet, Beasain y Logroñés han sido los verdugos. Lamentable currículum, desde luego.
Por eso ésta es una gran oportunidad de enderezar el rumbo. La provincia de Zamora está creciendo últimamente como región vinícola y las más de 50 bodegas existentes en Toro, a escasos 39 kilómetros de donde se disputará el encuentro de mañana, son el mejor ejemplo. Por eso la Real debe pegarse un homenaje allí, brindar con un buen Ribera del Duero y dormir plácidamente, sin miedo a reacciones secundarias ni a resacas de ningún tipo. El garrafón de años atrás ya está digerido y es hora de disfrutar de un caldo de Denominación de Orígen en plena tierra de viñedos. Amorrortu y sus jugadores están concienciados, aunque eso a veces no resulte suficiente, y los aficionados listos. Listos para emborracharse, si hace falta, por esta nueva Copa.