Catorce puntos con la cuenta de Boskov

En jornadas así, Boskov, un optimista incurable, solía echar las campanas al vuelo. Hemos ganado catorce puntos, diría hoy si estuviera en el puesto de García Remón. Su cuenta sería ésta: los dos que ha perdido el Barça, más dos que ha perdido el Valencia, más los dos que ha perdido el Atlético, más los dos que ha perdido el Depor, más los tres que ha perdido el Sevilla,más los tres ganados por el Madrid. Total, catorce. Pleno. Sería una forma de verlo. El Madrid, a cuenta de su victoria (la primera por más de un gol) y de todo lo demás, flota hasta el tercer puesto, empieza a vislumbrar al Barça y puede esperar tiempos mejores.

Pero eso no oculta que el partido del Madrid fue verdaderamente horrible. García Remón había conseguido hasta ahora un gran compromiso por parte de sus jugadores, que habían corrido como desesperados en los últimos partidos. Ayer eso se esfum será que les distrajo el jaleo en torno a Raúl, o que les impresiona la visita a Kiev, o que tenían al Getafe por algo muy menor. El caso es que el Madrid jugó cómodo y despreocupado, como en un amistoso en el que participaran a desgana. Se encontraron enfrente un equipo organizadísimo y resulta inexplicable e injusto que ganaran el partido. Y encima, hecho extraordinario, por dos goles.

Así que el Bernabéu se molestó y lo hizo notar. A las gradas van llegando ecos de las pelusas en la plantilla. El cambio de Owen fue pitado porque se quedaba Ronaldo en el campo, pero tenía su por qué: Owen jugó los noventa en Leganés y tiene en el macuto goles que le tranquilizan. Ronaldo, ni lo uno ni lo otro. Gracias a que siguió en el campo rompió el maleficio. ¿Y el cambio de Raúl? Para que recibiera su aplauso individualizado, pero está claro que no le gustó. Tantos egos empalagan. Menos mal que en medio de todo eso Guti se ha convertido en un esforzado ejemplar, que corre y lucha por el equipo, sin pensar en su lucimiento.

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