Un par de horas para disfrutar del fútbol

Horas después de vivir su noche más grande como entrenador, horas antes de cumplir los 54 años, nos visitó García Remón. Más tranquilo después de la remontada del día anterior, que aplazó muchas ansiedades. Sabe que el equipo se ha reencontrado con el balón. Que los jugadores volvieron a disfrutar anteanoche del fútbol, con todo lo que significa: la concentración en el juego, la superación de los contratiempos, el tacto con el balón, la búsqueda del compañero, la confianza mutua, la alegría salvaje del gol, el abrazo con la hinchada. Un gran logro en una noche en la que el equipo había estado a punto de despeñarse.

Al poco de marcharse Europa hervía de nuevo en fútbol, y viendo al Barça (y eso que ayer no fue su mejor día) pensé que lo tiene difícil. Ahí hay un modelo que fascina. Buen juego, y además rápido. Laporta ha hecho una apuesta similar a la de Florentino: jugadores excelentes, gusto por el balón, acumulación de talento. Al equipo le cuesta encajar en un diseño geométrico descriptible, cuando no está Larsson se echa en falta una referencia arriba, a veces sufren sin el balón, pero el talento suple esas deficiencias. Fútbol puro, improvisado por buenos jugadores, que disfrutan con lo que hacen y con lo que ven hacer a sus compañeros.

Y fútbol joven, y por tanto veloz. Los jugadores del Barça no tienen Balón de Oro, pero algunos de ellos están en camino de obtenerlo. Los del Madrid ya lo tienen y con frecuencia parecen haber saciado con eso su hambre de gloria. En las jóvenes estrellas del Barça flamea el fuego sagrado. En el Madrid es un rescoldo que despide un brillo elegante. ¿Cómo inflamarlo de nuevo? Se trata de convencer a los jugadores de que donde más pueden disfrutar es entre las líneas de cal. De que entre tanto viaje, tanto negocio y tanta preocupación familiar aparecen cada poco dos horas con una oferta de plena diversión: un partido de fútbol.

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