Gurpegui, Camp Nou y todo lo demás

Atlético-Málaga, Numancia-Betis, Espanyol-Depor... Ya está aquí la Liga. Mientras en Atenas se reparten los últimos metales (otro empujoncito para nosotros en el medallero con el madrugador oro de David Cal) en este país se pone en marcha el espectáculo favorito de las grandes masas. Se pone en marcha, a mi juicio, con dos lamparones. Uno es Gurpegui. El otro es el Camp Nou. Uno completa un año desde que diera doping por nandrolona. Lo del Camp Nou y su cierre aplazado va para dos años. Dos pequeñas vergüenzas en un campeonato ejemplar por muchísimos otros conceptos. Sobre todo por sus jugadores.

Y también por su gran rivalidad, Madrid-Barça, reactivada este año por la ilusión del mundo culé, que empieza a dejar lejos la pesadilla de Gaspart. El culé está tan entusiasmado por lo que han fichado (Etoo, Deco, Giuly...) que olvida lo que han dejado marchar (Davis y Cocu, entre otros). Claro que los que han venido son mucho mejores, pero los que se han marchado componían la línea de flotación del Barça. Rijkaard acabó encontrando el equipo por el sistema de prueba y error. Ahora tiene que volver a empezar. Con buenos futbolistas, pero varios de ellos demasiado parecidos. Y este año tiene Champions, no UEFA.

Así que para mí es favorito el Madrid, que tiene lo que tenía más unos cuantos refuerzos importantes para apuntalarlo, más un entrenador serio, más un espíritu general de enmienda por la cantada final del año pasado. A pesar de que el madridismo se quedó un poco atónito cuando se chafó lo de Vieira y se produjo la salida de Etoo, la verdad es que el Madrid tiene mucho más de lo que tenía hace un año. ¿Y el Valencia, flamante supercampeón europeo? Será el que era, pero con la Champions a cuestas, como el Barça. ¿Y el Depor? Tengo la impresión de que empiezan a pesarle los años. En el campo y en la chequera.

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