El fútbol vuelve entre estruendo olímpico

Por fin un buen día en Atenas. El de ayer era el viernes eléctrico de los Juegos: hasta 31 deportes en liza, en 35 escenarios distintos. Nadaba y ganaba Phelps, corría y ganaba Bekele y España empezaba a mover por fin el medallero, que se había quedado en la plata pelona de María Quintanal. Paquillo volvió a arrancar la moto y de repente cunde el optimismo. Conchita y Vivi son medalla segura, la vela empieza a recoger desde hoy una cosecha que se presume amplia, los deportes de equipo están ahí, presagiando medallas para los últimos días, y hasta llegan alegrías insospechadas, como la de nuestra pareja de voley playa.

Tanto ajetreo pilló en fuera de juego a TVE, que se comió el paso de Conchita y Vivi a la final, donde les espera el oro o la plata. Un desliz de los programadores. Lástima, porque TVE llevaba bien las cosas hasta ahora, jugando inteligentemente con sus dos canales, y el despiste vino a penalizar a un deporte muy seguido y a privarnos de uno de los grandes momentos de estos Juegos. Y andamos escasos de ellos. Para hoy nos esperan nuevas emociones, la primera de ellas el partido de la selección de baloncesto ante Serbia. Será a la hora del desayuno. Gasol es duda. Anda con unas molestias que le aconsejan descansar. Pero es difícil convencerle.

Pero entre tanto estruendo olímpico el fútbol pide atención. Nadie lo recuerda, pero estamos a una semana del inicio de la Liga.Y esta noche se juega el primer partido oficial de la temporada: la ida de la Supercopa. Los dos equipos llegan felices a ella. El Zaragoza, porque por fin consiguió a Movilla, la piedra angular sobre la que Víctor construyó su equipo el año pasado. El Valencia, porque justo ayer renovó a Vicente, con lo que resolvió uno de sus grandes problemas, y ahora ya puede mirar lo de Angulo y Mista con más calma. Curioso, por cierto, este regreso al Valencia de Ranieri, que se ha hartado a fichar italianos y esta noche no los pone.

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