Luis debería pedir un jardinero de guardia

Mientras nuestra Selección de baloncesto levanta con su imponente juego y sus vibrantes victorias nuestro decaído ánimo olímpico (España lleva cuatro medallas menos que Phelps), la de fútbol se prepara para iniciar una nueva época. Luis se estrena en Las Palmas, ante Venezuela. Nueva época pero viejos usos: el campo está hecho una lástima. Es curiosa la puntería que tiene la Federación para fijar sus partidos en campos deteriorados o deteriorables. Luis, que se ha metido en esto sin más auxiliar que su fiel y eficaz Paredes, debería exigir pronto que le contrataran también un jardinero de guardia para estos casos.

Cuando nos visitó, hace pocos días, Luis ya nos dijo que no pensaba facilitar las alineaciones. Lo tiene por costumbre, porque entiende que decir el equipo la víspera es quitarle una preocupación al entrenador rival y prefiere tenerle en dudas. Pero lo podréis adivinar por los entrenamientos. Y la pista que dejan los entrenamientos es un equipo colocado en 4-4-2, sin mayores novedades, salvo la de Cañizares por Casillas. ¿Cambio definitivo o forma de meter presión a Casillas, al que muchos reprochan ya cierta tendencia al abandono? El tiempo dirá si se trata de un experimento con gaseosa o si es una decisión de largo alcance.

Digo lo de experimento con gaseosa porque Venezuela, aunque ha mejorado bastante en los últimos años (llegó a conseguir un 0-3 en Uruguay, resultado que hace sólo diez años hubiéramos considerado sacrílego) sigue estando en el segundo escalón del fútbol suramericano. Entre eso y la buena estrella de Luis, que en sus años mozos jugó once partidos con la Selección y no perdió ninguno, se puede dar por descontada la victoria. La curiosidad se centra en ver si Raúl mete algún gol que sosiegue las dudas en torno a él y en la muy probable participación de Reyes, que está como una moto, en la segunda parte. Feliz estreno.

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