La BBC pone el dedo en la llaga del COI

El mundillo olímpico anda revuelto con la investigación de la BBC. No soy un amante de estas prácticas de cámaras ocultas, ni de que los periodistas andemos provocando tentaciones ficticias a la gente. Me hace más feliz contar procesos que provocarlos. Pero interiormente no puedo dejar de alegrarme y de admirar este trabajo de la BBC, que pone en evidencia que la elección de una ciudad olímpica puede ser objeto de transacción económica. El peor parado es Ivan Slavkov, presidente del Comité Olímpico Búlgaro (y hombre de UEFA y FIFA, por cierto), pero no es el único. La BBC puso el reportaje en manos del COI antes de su emisión.

Y el COI tiene una patata caliente, justo ante de los JJ OO de Atenas. Rogge estaba preparado para que estos juegos fueran los de la lucha contra el doping, pero pensaba que este tipo de corruptelas estaba terminado después de la encuesta por la elección de Salt Lake City y el subsiguiente Comité de Ética. Demasiado optimismo. En un mundo donde los dictadores asesinos encuentran banco en pleno paraíso de la democracia para guardar su dinero, ¿no va a haber gente dispuesta a decir Londres, París Nueva York o Madrid porque les unten un poquito? Es doloroso, pero es así. Y el trabajo de la BBC es suficientemente explícito.

El problema es que se trata de deporte, y el deporte nació como un santuario de sueños e ideales, como una esfera cerrada de valores educativos que permitieran cultivar lo mejor del ser humano. Así fue y así debe ser. Pero llegaron los químicos y los médicos con el doping, los desaprensivos con las apuestas y los tongos, los árbitros venales, los directivos corruptos, los deportistas desleales... Todo eso ha existido, existe y existirá. ¿Qué hacer entonces? Pues no ignorarlo, pero sí combatirlo. Conocerlo, denunciarlo y apartarlo, porque los valores del deporte siguen ahí, y por sostenerlos merece la pena luchar. Como ha hecho la BBC.

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