El seleccionador debe ser un líder fuerte

Cerca de cinco millones de españoles vimos el Portugal-Inglaterra. El número subió durante la prórroga y se acercó a los ocho millones en la tanda de penaltis. Todos pálidos de envidia. Podríamos haber estado ahí, pero... Ahora buscamos seleccionador, alguien que nos compense de esta decepción, mayor que otras (esta vez, ni los cuartos). Yo creo que no vale cualquiera. Que en este punto en que estamos necesitamos a alguien que lidere una especie de movimiento regeneracionista en torno al equipo nacional, un equipo al que se le exige mucho cada dos años, pero al que se le sigue y se le quiere poco entre fase final y fase final.

Y se le respeta poco. Incluso sus directos responsables lo respetan poco. La Federación lo utiliza descaradamente para rodar anuncios y hacer caja, mediante amistosos sin interés. TVE pone esos partidos a horas imposibles para los niños y provoca que los periódicos, por imperativos de cierre, les dediquemos menos páginas. Los seleccionadores los malgastan con carruseles de cambios para contentar a todos, de manera que no les sirve para hacer un equipo. Entre fase final y fase final, se juega un grupo que consideramos fácil y un puñado de absurdos amistosos entre el desdén general. Un estorbo que interrumpe la Liga.

A veces he pensado que ni los seleccionadores toman esto en serio. Camacho montó una capea con la selección: ¿a que eso no se le ocurre con el Madrid? Iñaki Sáez concentró al equipo en Jerez (intereses comerciales) en vísperas del importante partido contra Grecia en Zaragoza. ¿Haría eso con el Athletic, en vísperas de, por ejemplo, una final de Copa? Por no hablar de Javi, que utilizó el equipo como herramienta agitadora de sus banderías. Villar nombra ahora un G-9 de preclaros varones para decidir quién será el próximo seleccionador. Que el Altísimo les ilumine, porque este equipo necesita un líder que lo haga querido y respetado.

Lo más visto

Más noticias